Desde el pueblo de Lete seguimos las marcas blancas y rojas.
Por ellas tomamos un camino en bastante buen estado que va ascendiendo hacia el oeste del pueblo.
En unos 10 min. Nos salimos de este camino y nos metemos literalmente en un sendero en el que hay que tener mucho cuidado de no despistarse.
En un día como hoy que ha sido muy húmedo hay que tener cuidado con las rocas, que están muy resbaladizas.
A lo largo de unos 700 m vamos avanzando por un bosque muy tupido de robles y otros árboles que nos dan sombra total durante todo el día en todas las direcciones.
Al final llegamos a una puerta para el ganado que nos acerca a un túnel situado por debajo de una vía férrea.
En el otro extremo, salimos por otra puerta para ganado de aspecto similar.
Seguimos subiendo, y en un recodo nos encontramos con las ruinas de la ermita de Santa Maria de Ariza.
Pronto salimos a campo abierto y nos vamos acercando a un sembrado a través de un espacio semidesbrozado para cables y postes de alta tensión.
Tras bordear por 500 m un sembrado, llegamos a una carretera de asfalto muy estrecha que se dirige a Atondo.
En un cuarto de hora, llegamos al pueblo.
Desde allí afrontaremos el siguiente tramo de la GR.
Hoy, volvemos por el mismo camino hacia Lete.