La Quinta del Sordo,[2] Quinta de Goya o Huerta de Goya,[2] era el nombre de una extensa finca y casa de campo situada en una colina del antiguo término municipal de Carabanchel Bajo, a las afueras de Madrid, en la que vivió Francisco de Goya durante sus últimos años en España, antes de su exilio, y en la que se hallaban las Pinturas negras.[3] En contra de la creencia popular, el nombre de la finca no se debía a la sordera del pintor, sino a la de un anterior propietario.